La Casa de las Magas
(22 futuras condenadas vestales)
Las vírgenes vestales fueron un conjunto de sacerdotisas que en la antigüedad debían mantener vivo el Fuego Sagrado de la diosa Vesta, divinidad que cuidaba la casa y el espacio doméstico. Su obligación principal era velar por que el fuego del hogar familiar para que nunca se extinguiese.
Si bien las vestales que cumplían sus funciones eran tratadas con la mayor admiración, aquellas que rompían sus votos eran castigadas cruelmente. Azotamientos públicos, lapidaciones, decapitaciones y enterramientos eran algunos de los castigos a los que eran sometidas por incumplir su voto de castidad.
En más de mil años sólo hay referencias de 22 vestales castigadas. Se podría deducir que el terror a tales castigos es lo que le impedía a la gran mayoría de sacerdotisas romper sus votos.
A medida que la sociedad fue evolucionando, este Fuego Sagrado pasó a ser sinónimo de familia y unidad, un simbolismo que dura hasta nuestros días.
En la actualidad, las mujeres siguen expuestas a este Fuego Sagrado ante la opinión pública. Los medios de comunicación dictan las normas y las redes sociales se convierten en foros en los que tanto mujeres públicas, como anónimas, son juzgadas por no cuidar de ese símbolo de autocontrol.
La casa de las Magas habla de 22 futuras vestales condenadas.
The Magicians´ House
(22 future condemned vestals)
The vestal virgins were a group of priestesses in ancient times who had to keep the Sacred Fire of the goddess Vesta alive, divinity who took care of the house and the domestic environment. Their main duty was to see to it that the fire of the family hearth was never extinguished.
While vestals who fulfilled their duties were treated with the greatest admiration, those who broke their vows were cruelly punished. Public flogging, stoning, beheading, and burial were some of the punishments they were subjected to for breaking their vow of chastity.
In more than a thousand years, there are references to only 22 vestals being punished. It could be deduced that the terror of such punishment is what prevented the vast majority of priestesses from breaking their vows.
As society evolved, this Sacred Fire became synonymous with family and unity, a symbolism that lasts to this day.
Today, women are still exposed to this Sacred Fire in the public eye. The media dictate the rules and social networks become forums in which both public and anonymous women are judged for not taking care of this symbol of self-control.
“La casa de las magas” speaks of 22 condemned future vestals.